Puerto Príncipe.- Haití anunció planes de reinstalar sus fuerzas armadas para enfrentar desastres naturales y el contrabando, pero surgen temores de que los militares retomen la ola delictiva o sean usados como arma de represión política, dos décadas después de la disolución del ejército.
El país más pobre de las Américas anunció el reclutamiento inicial de 500 hombres y mujeres entre 18 y 25 años, invocando la necesidad de “reclamar la soberanía nacional” a medida que la ONU cierra el capítulo de 13 años de su misión de paz con los cascos azules.
La Misión de Estabilización en Haití (MINUSTAH) entró en vigor en 2004 para detener la violencia que siguió a la súbita salida del poder del expresidente Jean-Bertrand Aristide, y debe levar anclas en octubre, en un marco de mejoras a la situación de seguridad y un proceso electoral exitoso tras dos años de incertidumbre política.
La ONU dejará en Haití una pequeña fuerza de entrenamiento de funcionarios policiales de varios países.
“La salida de los cascos azules es un desafío, pero es algo que hemos estado planificando”, dijo el ministro de Defensa, Herve Denis.
Pasado oscuro
El gobierno dice que planea desplegar tropas en la frontera con República Dominicana para combatir el contrabando, y en regiones afectadas por desastres naturales en el montañoso país caribeño.
Denis agregó que también combatirá el terrorismo, subrayando “responsabilidades regionales”, aunque reconoció que por el momento la pequeña nación no está siendo amenazada por ningún enemigo externo.
La constitución pide por una fuerza militar que opere junto a la policía, pero el funcionario dijo que prefiere el uso del término “fuerza de defensa y seguridad”.
“Quiero que la gente entienda que queremos crear un nuevo tipo de institución, que esté con el país en su búsqueda del desarrollo”, señaló.
El cambio de imagen es forzado por el turbulento pasado de la institución.
Las fuerzas armadas haitianas fueron disueltas en 1995 por el entonces presidente Aristide –quien había sido derrocado en un golpe militar siete meses después de asumir el poder en 1991–, lo que puso fin a décadas de interferencia política de los uniformados y docenas de golpes de Estado.
Pero el país tiene otra historia sangrienta de milicias, como los infames “Tonton Macoute”, leales a los dictadores François Duvalier (llamado “Papa Doc”) y su hijo Jean Claude, conocido como ‘Baby Doc’, durante sus 25 años en el poder.
Fuente:Externa
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