Al menos 28 personas murieron hoy y un par de decenas resultaron heridas cuando un grupo de hombres armados asaltó un convoy que transportaba miembros de la minoría copta, en el sur de Egipto, informó el vocero del Ministerio de Salud.
El ataque, registrado al oeste del pueblo egipcio de Al Adua, en la sureña provincia de Minia, se desató cuando una decena de hombres encapuchados abrió fuego indiscriminadamente contra el convoy, integrado por dos colectivos y una mini combi y se dio a la fuga en tres vehículos, según el portavoz ministerial, Jaled Muyahid.
El ataque tuvo lugar en una ruta, a la altura de Al Adua, emplazada en una de las regiones egipcias donde es mayor la presencia de esta comunidad cristiana que representa el 10% de los 93 millones de egipcios.
Los fieles, entre los que figuraban varios niños, se dirigían al vecino monsasterio de San Samuel, de la Iglesia Ortodoxa Copta.
Los heridos fueron trasladados a tres hospitales en los pueblos de Magaga, Al Adua y Bani Mazar, en la provincia de Minia, agregó el portavoz citado por la agencia de noticias EFE.
La cifra de víctimas aumentó tras cada reporte oficial y podría aumentar aún más por el estado de gravedad de algunos de heridos.
Hasta el momento nadie asumió la autoría del atentado, que sin embargo lleva el sello del grupo islamista radical Estado Islámico (EI), que en los últimos meses ha perpetrado varios ataques contra la comunidad cristiana egipcia.
Desde diciembre pasado, está comunidad religiosa es uno de los blancos elegidos por la milicia radical que cuenta con una filial en la provincia del Sinaí desde 2014, apodada Wilaya Sina ("provincia del Sinaí").
Si bien esta península aún es su principal bastión, sus ataques se han ido extendiendo progresivamente por el valle del Nilo.
Varios líderes y organizaciones del mundo salieron a condenar el ataque, entre ellos el presidente ruso, Vladimir Putin, quien en un telegrama a su homólogo egipcio Abdel Fatah al Sisis reafirmó el apoyo del Kremlin a El Cairo en la lucha antiterrorista y dijo que el asesinato de los peregrinos "es otra prueba de la esencia bárbara e inhumana del terrorismo".
La nota agrega que los responsables del crimen "no deben escapar a la justicia".
El canciller francés, Jean-Yves Le Drian, sumó al país galo al repudio por el ataque y condenó "con la mayor firmeza el ataque que hoy "volvió a tomar como blanco a cristianos".
En un comunicado, el jefe de la diplomacia francesa subrayó que "nadie debe temer por su vida ejerciendo el derecho fundamental de practicar libremente su fe", y expresó su "indignación" por este "acto cobarde y bárbaro que enluta Egipto".
Varios países árabes condenaron también el ataque, entre ellos el rey Abdallah II de Jordania que lo calificó como un "acto cobarde que no tiene nada que ver con los valores humanos o religiosos", mientras la cancillería iraquí hizo hincapié en "la necesidad de golpear fuertemente en todos los lugares del extremismo".
El primer ministro libanés, Saad Hariri, por su parte, dijo que se encuentran "horrorizados por este atroz crimen que ocurre después de una serie de ataques contra personas inocentes en muchos países".
El gobierno de Israel condenó el ataque "con firmeza" y envió sus condolencias a las autoridades, a las familias de las víctimas y al pueblo egipcio", según expresó hoy un comunicado difundido por la Oficina del Primer Ministro, Benjamin Netanyahu.
En Egipto, el grupo islamista Hermanos Musulmanes condenó el "terrible" ataque en el que "hubo decenas de víctimas de los hermanos cristianos inocentes", aseguró su portavoz Talat Fahmi.
Hace tres semanas el papa Francisco visitó Egipto y dio una multitudinaria misa donde pidió proteger a los coptos.
En diciembre, un suicida detonó un explosivo adherido a su cuerpo en un anexo de la catedral de San Marcos, sede del patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Copta en El Cairo, y mató a 29 personas.
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