Washington.- El presidente de EE.UU., el republicano Donald Trump, buscó hoy pasar página tras el sonoro fracaso de su reforma sanitaria, que naufragó por la desunión de su propio partido y evidenció los límites de su poder para forjar un acuerdo.
Sesenta y cuatro días después de llegar a la Casa Blanca, Trump sufrió este viernes su primera gran derrota legislativa, pese a que el Partido Republicano controla el Congreso estadounidense.
El multimillonario neoyorquino se había jactado durante meses de que lograría un pacto "fantástico" para aprobar el proyecto de ley republicano destinado a reemplazar la reforma sanitaria promulgada en 2010 por el entonces presidente, el demócrata Barack Obama.
"Él es el 'cierra-tratos'", llegó a decir el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, en alusión a la autoproclamada habilidad de Trump para alcanzar acuerdos en el sector inmobiliario en el que ha cimentado su conglomerado empresarial.
Sin embargo, el deseo del magnate se evaporó este viernes en una llamada telefónica, en la que el presidente de la Cámara baja, Paul Ryan, le dio la noticia que no quería escuchar: la retirada del plan republicano, poco antes de someterse a votación en el pleno de esa instancia legislativa, porque estaba condenado al fracaso.
La rebelión interna en el partido, con moderados y radicales que discrepaban del proyecto de ley, hizo imposible recabar los 216 votos necesarios para aprobar la propuesta.
"No me siento traicionado, porque son mis amigos. Estoy decepcionado", admitió el presidente, al comprobar que no tiene garantizado el apoyo de su partido en el Congreso.
Tras ese varapalo, Trump, cuya formación paradójicamente se unió durante años en torno a la idea de suprimir "Obamacare", como se conoce popularmente a la ley de Obama, trató hoy de recuperarse del golpe en su selecto club de golf en Virginia, en la ribera del río Potomac.
El mandatario, que tenía prevista una serie de reuniones -sin especificar, al inicio de la jornada, por la Casa Blanca- en ese complejo, miró al futuro al reiterar su promesa de un nuevo plan de salud una vez "explote" la actual ley.
"ObamaCare explotará y todos nos uniremos y montaremos un gran plan de salud para LA GENTE. ¡No se preocupen!", afirmó Trump en un mensaje en su cuenta personal de la red social Twitter aparentemente publicado mientras se desplazaba al Trump National Golf Club.
El presidente ya avisó de esa "explosión" (el aumento desorbitado en los precios de las primas de los seguros médicos bajo esa ley) este viernes, cuando vaticinó que ese estallido ocurrirá este año y confió en contar entonces con un cierto apoyo de la oposición demócrata, a la que curiosamente culpó del fracaso de su plan.
"Obamacare", una ley diseñada para aumentar la calidad de los seguros sanitarios y hacerlos asequibles a ciudadanos con bajos ingresos, ha dado cobertura médica a más de 20 millones de personas que carecían de esa protección.
Sin embargo, Trump considera esa normativa un "desastre" y, durante la campaña electoral de 2016 que le llevó a la Presidencia, prometió "revocar y reemplazar" la ley sanitaria de Obama.
El fracasado plan republicano desmantelaba las disposiciones básicas de "Obamacare", incluidos sus subsidios para ayudar a la adquisición de seguros médicos y la expansión del Medicaid, un programa para el acceso sanitario a la gente con bajos recursos.
Asimismo, el proyecto conservador terminaba con los mandatos de adquisición de coberturas, que obligaban a los ciudadanos sin ningún tipo de seguro a comprar uno para evitar una multa.
La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), un organismo no partidista, calcula que el plan republicano dejaría sin seguro médico a 14 millones de personas en 2018 y a 24 millones en una década.
La CBO también estima que la propuesta apadrinada por Trump supondría un ahorro de 150.000 millones de dólares en diez años, argumento que defendió la Casa Blanca hasta que el plan llegó este viernes a un callejón sin salida.
Fuente:EFE/Pedro Alonso
No hay comentarios.:
Publicar un comentario