Estambul.- El Gran Bazar de Estambul, que alguna vez fue bullicioso, ahora está en silencio. Las tiendas y restaurantes la calle Istiklal están vacíos de clientes extranjeros y los hoteles del distrito Nisantasi están casi desiertos.
La economía turca sufre de cara a una serie de ataques extremistas y la incertidumbre que siguió en julio tras un golpe fallido al presidente Erdogan, que dejó más de 270 muertos.
El turismo, clave de la economía, ha recibido un golpe no menor porque visitantes rusos se han mantenido alejados desde el inicio de una disputa diplomática tras el hundimiento de un avión de guerra ruso en 2015.
"2016 fue un año perdido para el turismo turco", dijo Cetin Gurcun, de la asociación de agencias de turismo. "Es imposible que Turquía renuncie al turismo, pero la mayor prioridad del sector es la seguridad", agregó.
Hubo un tiempo en que el turismo en Turquía era intenso y escaló de 10,5 millones de visitantes en 2000 a 36,5 millones en 2015, convirtiéndolo en el sexto destino más visitado del mundo. El sector ganaba más de 31.000 millones de dólares en 2015, pero eso se detuvo el año pasado con una caída del 30% de los visitantes.
Por la recesión económica, la lira turca llegó a su récord más bajo en la primera semana de 2017 con un tipo de cambio de alrededor de 3.60 por dólar. Analistas esperan que se debilite más en los meses siguientes.
Estambul, la ciudad más atractiva del país para turistas, es el objetivo principal de los extremistas.
Diez turistas alemanes murieron en un ataque en enero de 2016. Otros ataques en la ciudad incluyen uno en el barrio de Beyoglu en marzo y otro en el aeropuerto en junio.
Cientos de personas ansiosas de despedir a 2016 se reunieron en la discoteca Reina en Estambul para celebrar año nuevo, pero se convirtieron en las primeras víctimas de 2017 cuando un hombre armado del grupo Estados Islámico mató a 39 personas.
"2016 fue un año muy desafortunado para Turquía", dijo uno de los dueños de la discoteca, Mehmet Kocarslan. "No ha habido sufrimiento que nuestro país no haya padecido".
Barcin Yinanc, columnista en el Daily News, dijo que todas las ventajas estratégicas que Turquía ofrecía a mediados de los 2000 ahora están en su contra.
"Irónicamente, todos los disparadores que ayudaron a Turquía a elevarse en el mercado global —seguridad, estabilidad y previsibilidad— se han convertido en grandes barreras", escribió.
Fuente:AP
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