Nueva York.- El presidente electo Donald Trump eligió el jueves al representante por Montana Ryan Zinke como su secretario del Interior, con lo que se acerca a concluir la formación de su futuro gabinete.
Al igual que muchos otros ungidos para ser parte de la futura administración Trump, Zinke es un ferviente partidario de las perforaciones petroleras y enemigo de las regulaciones.
Trump se aprestaba para participar en otro mitin de agradecimiento a los votantes, esta vez en Pennsylvania, un estado que durante décadas había votado por los candidatos demócratas. También tuvo tiempo para mandar mensajes por Twitter, criticando a la prensa y reiterando su escepticismo ante denuncias de que Rusia hackeó sistemas electrónicos estadounidenses para manipular la elección.
Trump alabó a Zinke, quien fue comando de escuadrones fuerzas comando SEAL de la armada, como alguien con "una de las mejores trayectorias a favor del alivio regulatorio, de la administración de bosques, del desarrollo energético responsable y en temas vinculados con posesión de tierras públicas".
Zinke, de 55 años, apoyó a Trump desde el principio y públicamente anunció que estaría disponible para trabajar en el gobierno cuando Trump visitó Montana en mayo.
Al igual que otros nominados por Trump para integrar su gabinete, Zinke es partidario de la perforación petrolera y minera en tierras públicas, y ha expresado escepticismo sobre el calentamiento global.
En la campaña del 2014 causó revuelo cuando tildó a Hillary Clinton de "el Anticristo". El presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan lo elogió como alguien que "ha sido un férreo partidario de buenas políticas energéticas y de la administración responsable de tierras".
Pero su nominación podría afectar las elecciones para el Senado, pues ahora Zinke podría abandonar su intención de postularse en el 2018 para el cargo senatorial que ahora ocupa el demócrata Jon Tester.
Trump debe aún designar otros cargos, aunque todavía no ha llenado todos los del equipo que lo ayudará en la Casa Blanca. Estuvo todo el día en reuniones en la Trump Tower de Nueva York, inclusive con el secretario de estado de Kansas Kris Kobach, un fuerte opositor de la inmigración ilegal. Después iba al mitin en Hershey, Pennsylvania.
Pennsylvania no había votado por un republicano para la presidencia desde 1988. Pero la campaña de Trump pensaba que el estado, base para muchos blancos de clase obrera, podría apoyar su mensaje populista en vez de respaldar a Clinton.
Trump hizo campaña allí de manera incesante y lo ganó por menos de un punto porcentual, con lo que se llevó sus 20 votos electorales.
El jueves, el presidente electo volvió a hacer uso de Twitter, esta vez arrojando dudas sobre las aseveraciones de las agencias de seguridad de que Rusia hackeó el sistema electoral estadounidense
"Si Rusia o cualquier otra entidad estuvo interceptando nuestros sistemas cibernéticos, ¿por qué tardó tanto tiempo la Casa Blanca en actuar? ¿Por qué se quejaron sólo después de que perdió Hillary?", escribió Trump.
Sin embargo lo que dice Trump no es cierto. Un mes antes de las elecciones, la Casa Blanca había acusado a Rusia de penetrar los sistemas electrónicos a fin de interferir en las elecciones.
Fuente:AP
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