México.- La catástrofe sucedida en un mercado pirotécnico del municipio mexicano de Tultepec, en la que 32 personas murieron debido a varias explosiones, pone en evidencia la falta de medidas de seguridad en este sector, víctima habitual de accidentes frente a los que no ha encontrado una solución.
Este martes seis explosiones ocurridas a plena luz del día en el mercado San Pablito, formado por 300 puestos de venta legalmente establecidos, desencadenaron una tragedia en la que también hubo 59 heridos.
Y si bien la cifra de víctimas mortales hace de este uno de los accidentes más trágicos relativos a la pirotecnia en el país, no es la primera vez que algo similar ocurre en la región.
Durante 2014, las autoridades reportaron 15 accidentes pirotécnicos en el Estado de México, donde se ubica Tultepec y en el que se concentra la mayor parte de la producción a nivel nacional, en los que en total fallecieron 12 personas.
En 2010, la explosión de un contenedor de pólvora de un taller de juegos pirotécnicos tuvo un saldo de 3 muertos y 2 heridos graves, mientras que en 2012 hubo otra víctima mortal por un incidente similar.
¿Por qué siguen ocurriendo estos accidentes? En opinión de Antonio Macías, director para América Latina de la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego (NFPA, por sus siglas en inglés), la respuesta es simple: en México hace falta un código nacional de protección contra incendio.
Para evitar este tipo de incidentes "se necesita una reglamentación bien diseñada", pero la del país, repartida entre diferentes dependencias, es "insuficiente y muy precaria", afirma a Efe el experto en regulación de juegos pirotécnicos.
Por tanto, "no se cumplen con todos los requisitos que deberían cumplir este tipo de instalaciones".
Ejemplo de ello, comenta Macías, es que en los mercados "está todo muy amontonado, hay exceso de mercancía, falta capacitación al personal de manejo".
En periodo de vacaciones escolares y en temporada alta para la venta de productos pirotécnicos, en el mercado de Tultepec "había familias completas, abuelos, niños, habría que tomar medidas de seguridad importantes que no se consideran".
Los trabajadores del mercado, quienes cuentan con más de 60 productos diferentes, son "habilísimos", pero "necesitan más conocimiento en términos de seguridad".
Asimismo, a día de hoy las inspecciones -la última en San Pablito se realizó en noviembre pasado- ayudan, pero no llegan a tener toda la efectividad que podrían, porque a veces quienes las realizan no saben qué van a revisar o las reglas a seguir son pocas, valora el experto.
En la página web en la que se solicitan los permisos de venta de estos materiales, el Instituto Mexiquense de Pirotecnia (Imepi) adjunta las medidas de seguridad para la comercialización: un escueto documento cuyo contenido no llega a las dos páginas.
Para los locales permanentes se piden paredes de ladrillo, concreto o lámina metálica; para las puertas, madera o metal; suelos de tierra o cemento con aserrín.
En los establecimientos móviles o tianguis (mercados), se exige una separación de los locales de 6 metros, y de 10 metros respecto a los estacionamientos. La cantidad máxima de fuegos artificiales al alcance del consumidor no debe exceder los 60 kilos de composición pirotécnica.
Hace una década, un incendio arrasó con San Pablito. Su reconstrucción supuestamente vino ligada a un incremento de las medidas de seguridad, y hace unos días el Imepi aseguró que este mercado pirotécnico era el más seguro de Latinoamérica.
Si San Pablito será o no reconstruido otra vez es una incógnita que las autoridades todavía no han querido despejar porque, dicen, la prioridad en estos momentos es atender a las víctimas.
Fuente:EFE
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