martes, 15 de noviembre de 2016

Temer: Eventual prisión de Lula sería un "problema" para Brasil


Figuras que representan a los expresidente Luiz Inacio Lula Da Silva (C), Dilma Rousseff (C) y al exdiputado Eduardo Cunha, durante una manifestación en apoyo al impeachment contra Rousseff, el 13 de diciembre de 2015 en Sao Paulo
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Figuras que representan a los expresidente Luiz Inacio Lula Da Silva (C), Dilma Rousseff (C) y al exdiputado Eduardo Cunha, durante una manifestación.

El presidente brasileño, Michel Temer, consideró que un eventual encarcelamiento del exmandatario de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, acusado de corrupción, sería un "problema" y causaría "inestabilidad" en el país.

"Si Lula fuese preso ¿eso causaría un problema para el gobierno? Creo que lo causaría, no para el gobierno, [sino] para el país", manifestó Temer en una entrevista difundida el lunes por TV Cultura.

Si el exjefe de Estado (2003-2010) y líder histórico del Partido de los Trabajadores (PT) fuera encarcelado, "habrá movimientos sociales", señaló Temer, que asumió el cargo tras la destitución este año de Dilma Rousseff, sucesora de Lula, acusada de manipular las cuentas públicas.

"Los movimientos sociales de contestación, especialmente a una decisión judicial, pueden crear inestabilidad", manifestó Temer, del partido de centroderecha PMDB, que fue un importante aliado de los gobiernos del PT antes de romper la coalición.

Por más que el nuevo gobierno conservador "haga y explique que está haciendo cosas para preservar la integridad del país, de la economía, de las relaciones sociales, surge una noticia así y eso crea inestabilidad", enfatizó Temer, que hasta mayo era el vicepresidente de Rousseff.

Lula enfrenta tres juicios dentro de la operación Lava Jato, que puso al descubierto una red de empresarios y partidos políticos para manipular licitaciones de Petrobras, sobrefacturar obras y distribuir el excedente para financiar campañas y enriquecerse ilegalmente.

El escándalo implicó a importantes políticos del PT -miembros del gobierno de Lula y de Rousseff- pero también a destacados integrantes del partido de Temer, como el expresidente de la Cámara de Diputados e impulsor del impeachment, el ahora detenido Eduardo Cunha.

Lula fue acusado de corrupción pasiva y lavado de dinero por el juez Sergio Moro, que abrió formalmente un juicio contra él el 20 de septiembre. También tiene una causa abierta en Brasilia por presunta tentativa de obstrucción a las investigaciones.

Y la corte suprema recientemente incluyó al otrora popular expresidente en su investigación sobre Petrobras como presunto integrante de un "grupo criminal" que orquestó el masivo desvío de fondos desde la petrolera estatal.

El expresidente niega tajantemente las acusaciones y las atribuye a una persecución política para bloquear su candidatura a las elecciones de 2018.

La investigación sobre Petrobras se cierne igualmente sobre el actual mandatario, por sospechas de que el dinero de grandes constructoras fluyó a la campaña de los comicios de 2014 en los que resultó ganadora la fórmula Rousseff-Temer.

En la entrevista del lunes, Temer aseguró que los cheques que serían prueba de ello eran en realidad contribuciones legales hechas por las empresas al PMDB, que luego los distribuyó a líderes en campaña.

Si el Tribunal Supremo Electoral (TSE) pusiera en duda esa versión, podría ordenar la anulación de la elección. Pero Temer dijo no temer esa eventualidad y prometió agotar todos los recursos posibles para combatirla.

"No me preocupa" un eventual fallo negativo del TSE, declaró.

"Si el TSE dijera: 'Temer, usted tiene que irse', supongámoslo, se podrán interponer recursos y más recursos, no solo ante el TSE, sino también ante el Supremo Tribunal Federal (STF)", subrayó.
Fuente:AFP

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