Con su economía en crisis y una escena política golpeada por casos de corrupción, los brasileños eligen este domingo a sus alcaldes en una jornada que servirá de antesala a las presidenciales de 2018.
La votación, que es obligatoria para gran parte de los más de 144 millones de ciudadanos convocados, no había registrado "ningún incidente grave" hasta el mediodía (15h00 GMT), informó el Tribunal Superior Electoral (TSE)
Tras una serie de crímenes -especialmente en el estado de Rio, donde 15 candidatos a alcalde o concejal fueron asesinados-, el ministerio de Defensa desplegó 25.000 militares para reforzar la seguridad en 488 ciudades de 16 de los 27 estados donde se registraron actos violentos.
El presidente del TSE, Gilmar Mendes, afirmó el domingo que estas elecciones son "las más violentas" de los últimos años, especialmente en Rio "donde el crimen organizado, las milicias y los narcotraficantes participan en el escrutinio y tienen candidatos".
Uno de los más madrugadores para votar fue el presidente Michel Temer, del centrista PMDB, quien llegó minutos antes de que se abrieran las puertas de su colegio electoral a las 08H00 locales (11H00 GMT) en Sao Paulo.
Rodeado de guardaespaldas, el sustituto conservador de Dilma Rousseff, con baja popularidad, acudió sonriente y por sorpresa, varias horas antes del horario anunciado.
Ahora fuera del gobierno en Brasilia, el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que gobernó el gigante sudamericano desde 2003 hasta la destitución de Rousseff el 31 de agosto, puede ser uno de los que más terreno pierda en estos comicios marcados además por violencia contra candidatos.
Según analistas, una ola de desencanto con la política tradicional le pasará la cuenta al PT, uno de los más manchados por el escándalo de corrupción en la estatal Petrobras que ha sacudido tanto a la clase política como empresarial brasileña.
La caída de Rousseff y las acusaciones de corrupción que cercan a su líder histórico en el caso de la petrolera, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), empeoran el panorama de este partido que tendrá un camino cuesta arriba para los comicios de 2018.
A esto se suma la economía en recesión desde 2015 y 12 millones de desempleados.
"Estas elecciones son muy importantes por la situación del país. Creo que el PT va a perder muchos votos porque acumularon muchísimo poder en estos años", afirmó el publicista Milton da Silva tras votar en un barrio acomodado de Sao Paulo.
Cansancio
Es precisamente en la capital económica de Brasil y en Rio de Janeiro, las dos mayores ciudades del país, donde la disputa es más ardua. En ambas se prevé una segunda vuelta el 30 de octubre, al igual que en otros municipios con más de 200.000 electores en los que ningún candidato obtenga el 50%+1 de los votos.
"Hay un cansancio hacia la política tradicional y eso es consecuencia de una crisis de representación. Y el retroceso del PT hace que los electores busquen alternativas", comentó a la AFP Mauro Paulino, director de la encuestadora Datafolha.
El PT arriesga perder la joya de la corona, Sao Paulo, el mayor municipio brasileño.
En su retroceso, la formación fundada por Lula ya perdió 108 de los 642 alcaldes que cosechó en 2012, según cifras del propio partido. La mayoría migró a otras siglas con fines electorales y la norma brasileña permite retener las alcaldías pese a cambiar de formación.
El PMDB de Temer y el socialdemócrata PSDB son las fuerzas con más presencia en los 5.568 municipios de este país de 206 millones de habitantes.
Una serie de crímenes ensombreció, sin embargo, la campaña. Además de los asesinatos en el estado de Rio de Janeiro, también hubo atentados en otras regiones, como la muerte de un candidato a alcalde de Itumbiara (estado de Goiás, centro-oeste), José Gomes Rocha, ultimado el miércoles a balazos durante una caravana de campaña.
Fuente:AFP
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