Filadelfia.- “Hillary Clinton será una magnífica presidenta y estoy orgulloso de estar con ella esta noche”.
El senador Bernie Sanders quiso este lunes, en su discurso en la jornada inaugural de la convención demócrata, terminar de unificar al partido que empezó tambaleante su encuentro de cuatro días para coronar a Hillary Clinton como su candidata a la presidencia de Estados Unidos y la rival del magnate republicano Donald Trump.
Pero no fue fácil. Los seguidores de Sanders, hambrientos de “revolución política”, creen que el sistema estuvo amañado para que su candidato no ganara y todavía se resisten a aceptar la victoria de Clinton. Y el escándalo de la filtración de correos electrónicos que ridiculizaban la campaña del septuagenario senador no ayudaba.
Durante todo el día, el miedo de que el Partido Demócrata se rompiera estuvo latente, imperante y pareció que al final se iba a producir. Cada vez que alguien mencionaba a Clinton los abucheos eran constantes, ruidosos y molestos para un partido que necesitaba mostrarse unido ante el peligro y enemigo común: Donald Trump.
“Esta elección no es sobre personas”, reflexionó Sanders, “es sobre las necesidades del pueblo estadounidense y el tipo de futuro que queremos”. Eso sí: “A mis seguidores quiero decir que espero que estén enormemente orgullosos de lo histórico que hemos hecho”.
Tal y como reza el lema de la campaña de la exsecretaria de Estado, el partido decidió que es “más fuerte junto”. Se hicieron todos los esfuerzos para seducir a los airados seguidores de Sanders: se cortó la cabeza de la líder del partido y se ofrecieron “profundas y sinceras disculpas”.
Con el paso del tiempo, y con los discursos unificadores, se terminaron las confrontaciones y el partido quedó listo para glorificar a Clinton como aglutinadora del partido.
Como el discurso de la senadora Elizabeth Warren, próxima a las tesis de Sanders y que reconoció y casi obligó a los delegados a reconocer el trabajo hecho por el senador en favor de acabar con las desigualdades en EU y de que el Partido Demócrata esté en la dirección más progresista de su historia. “Gracias Bernie”, expresó.
Pero el más destacable fue el de Michelle Obama, la otra gran estrella de la noche junto a Sanders. “Todas las elecciones son sobre quién tendrá el poder de definir el futuro de nuestros hijos”, dijo la popular primera dama, en un discurso que pasará a la historia.
Defendió la figura de Clinton, una mujer “que nunca se rinde” y que “no se enfada ni se desilusiona”. “No nos debemos enfrentar los unos con los otros (...) Debemos apoyarnos porque siempre somos más fuertes cuando estamos unidos”, concluyó.
Horas antes, en el exterior, varios centenares de personas se manifestaron en favor de Bernie Sanders. Las protestas tuvieron más tensión que la mayoría de las que se vivieron hace menos de una semana en Cleveland contra Donald Trump.
En la primera tarde bloquearon por completo una de las entradas al recinto de la convención y la policía detuvo al menos a 55 personas, el doble de todas las que se arrestaron en los cuatro días de encuentro republicano.
Por la noche todo había cambiado y en el cierre de la primera jornada, a pesar de que todavía apareció algún abucheo solitario, nadie hubiera imaginado terminar el día con un grado de unión como el que hubo.
Paul Simon, en un momento de la noche, cantó “Bridge over troubled waters” (Puente sobre aguas turbulentas). Tras la canción, las aguas demócratas están calmadas. Al menos hasta este martes, cuando en la votación de nominación se vuelvan a ver las caras los seguidores de Sanders y Clinton.
Así dio inicio en Filadelfia, Pennsylvania, la Convención Nacional Demócrata que este año escribe una página de la historia estadounidense al nominar a Hillary Clinton como su candidata oficial a la presidencia de ese país, la primera mujer que lo logra.
Fuente:El Universal
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