Cuba descartó tajantemente negociar con Estados Unidos "cambios" en su política comunista por la visita que iniciará este domingo el presidente Barack Obama, quien cuestionó la falta de libertades en la isla, y advirtió sobre las diferencias que persisten con Estados Unidos.
"En nuestra relación con Estados Unidos no está de ninguna manera en la mesa de negociaciones la realización de cambios internos en Cuba, que son y serán de la exclusiva soberanía de nuestro pueblo", dijo el canciller Bruno Rodríguez este jueves, en una declaración transmitida en vivo por la televisión.
En un pronunciamiento de más de media hora, Rodríguez echó por tierra cualquier expectativa en torno a eventuales reformas que pudiera emprender el gobierno comunista de la isla, dentro de su lento proceso de apertura, como consecuencia de la llegada de Obama.
"Nadie podría pretender que para avanzar hacia la normalización de relaciones entre ambos países, Cuba tenga que renunciar a uno solo de sus principios ni a su política exterior", sostuvo el ministro de Relaciones Exteriores.
Obama, el primer presidente de Estados Unidos que visitará Cuba en 88 años, prevé coronar con su viaje el proceso de reconciliación diplomática que inició a finales de 2014 tras más de medio siglo de enemistad entre los dos países.
El mandatario, que llegará con su esposa, suegra e hijas, pronunciará un discurso el martes en el Gran Teatro de La Habana que será transmitido en vivo por la televisión a los cubanos. Obama partirá el martes en la tarde hacia Argentina.
Un primer cartel con una fotografía del mandatario estadounidense apareció ya este jueves en La Habana Vieja, una zona turística dominada por la iconografía revolucionaria del Che Guevara y otros dirigentes comunistas.
Los cubanos están acostumbrados a convivir con los carteles del Che y del líder Fidel Castro, del presidente Raúl Castro o del héroe nacional José Martí. Pero un empresario de un restaurante privado alteró el paisaje de los revolucionarios con la imagen de Obama junto a Raúl Castro, con las bandera estadounidense y cubana de fondo.
Rodríguez, entretanto, recibió con prudencia el nuevo paquete de medidas de alivio del embargo estadounidense, anunciado esta semana por Washington, y advirtió que persisten "grandes diferencias" entre los dos países, a pesar de que se restableció formalmente su relación con la reapertura de embajadas en 2015.
"Debo sin embargo reconocer que persisten grandes diferencias entre el gobierno de Estados Unidos y el de Cuba en materia de sistemas políticos, democracia, derechos humanos, aplicación e interpretación del derecho internacional", enfatizó.
Asimismo, agregó, "hay grandes diferencias en relación con el concepto de la soberanía nacional, profundas diferencias en relación con la preservación de la paz, la seguridad internacional".
- "Algo debe andar mal" -
Obama, quien prevé reunirse con disidentes cubanos, se comprometió en una carta con las Damas de Blanco, una organización opositora e ilegal en la isla, a tratar directamente con Castro "los obstáculos" al ejercicio de los derechos humanos en la isla.
"Entiendo plenamente los obstáculos que los cubanos de a pie enfrentan para ejercer sus derechos. Estados Unidos cree que nadie, en Cuba o en cualquier otra parte, debe enfrentar amenazas, arresto o acoso físico simplemente por ejercer el derecho universal de que sus voces sean escuchadas", escribió.
El canciller cubano no se refirió a este punto en particular, pero criticó que funcionarios estadounidenses hayan presentado las medidas de flexibilización del embargo como una forma de "empoderamiento del pueblo cubano".
"El pueblo cubano se empoderó a sí mismo hace décadas. Algo debe andar mal en la democracia estadounidense si se habla de empoderar a otros pueblos", criticó.
Fuente:AFP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario