San Antonio.- Después de que en los últimos dos meses aumentó el número de niños que ingresan ilegalmente a Estados Unidos desde México y sin compañía de un adulto, una alta funcionaria del gobierno del presidente Barack Obama se mostró preocupada de que no haya suficientes fondos para albergar a los menores y advirtió del riesgo de que estalle otra crisis fronteriza, según una carta obtenida por The Associated Press.
En la carta, la secretaria de Salud y Servicios Humanos Sylvia Burwell, le dijo a los miembros de la Comisión de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara de Representantes que, incluso con una mayor financiación de contingencia solicitada por el presidente, su oficina sigue enfrentando una falta de fondos que podría conducir a "la situación que ya enfrentamos (en 2014), cuando se quedaron niños en la frontera durante periodos inaceptables".
El vocero de la secretaría, Mark Weber, dijo que Burwell se ha comunicado con los miembros del Congreso para pedirles que adopten todas las medidas necesarias a fin de "asegurarnos de que estamos preparados", pero que la carta no exige más fondos de los solicitados por el presidente para el presupuesto.
El gobierno tiene la esperanza de evitar una repetición de la crisis que ocurrió en el verano de 2014, cuando decenas de miles de niños y familias se juntaron en la zona fronteriza del suroeste estadounidense. Las zonas de espera de la Patrulla Fronteriza quedaron hacinadas a tal grado que los niños debían dormir en pisos de concreto cubiertos por mantas cubiertas con papel de aluminio.
El aumento de niños que llegaron al país sin la compañía de sus padres abrumó al gobierno estadounidense y la Casa Blanca calificó el caso de "una crisis humanitaria".
Un total de 10.588 niños no acompañados cruzaron la frontera entre Estados Unidos y México en octubre y noviembre pasados, en comparación con los 5.129 que cruzaron durante los mismos dos meses del año pasado, de acuerdo con la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. El repunte ya obligó a la agencia a abrir dos refugios en Texas y uno en California.
Burwell dijo en su carta que "es imposible saber si continuarán estas tendencias".
Los cruces fronterizos no han alcanzado los niveles del verano del año pasado, cuando más de 10.000 niños llegaron a Estados Unidos solamente en junio.
Por ley, los niños migrantes no acompañados que proceden de países que no tienen frontera con Estados Unidos deben ser entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos dentro de las 72 horas de haber sido detenidos. El gobierno es responsable del cuidado de los niños hasta que se unan con un familiar o un patrocinador en Estados Unidos y los tribunales de inmigración pueden pronunciarse sobre sus casos.
En la carta, la secretaria de Salud y Servicios Humanos Sylvia Burwell, le dijo a los miembros de la Comisión de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara de Representantes que, incluso con una mayor financiación de contingencia solicitada por el presidente, su oficina sigue enfrentando una falta de fondos que podría conducir a "la situación que ya enfrentamos (en 2014), cuando se quedaron niños en la frontera durante periodos inaceptables".
El vocero de la secretaría, Mark Weber, dijo que Burwell se ha comunicado con los miembros del Congreso para pedirles que adopten todas las medidas necesarias a fin de "asegurarnos de que estamos preparados", pero que la carta no exige más fondos de los solicitados por el presidente para el presupuesto.
El gobierno tiene la esperanza de evitar una repetición de la crisis que ocurrió en el verano de 2014, cuando decenas de miles de niños y familias se juntaron en la zona fronteriza del suroeste estadounidense. Las zonas de espera de la Patrulla Fronteriza quedaron hacinadas a tal grado que los niños debían dormir en pisos de concreto cubiertos por mantas cubiertas con papel de aluminio.
El aumento de niños que llegaron al país sin la compañía de sus padres abrumó al gobierno estadounidense y la Casa Blanca calificó el caso de "una crisis humanitaria".
Un total de 10.588 niños no acompañados cruzaron la frontera entre Estados Unidos y México en octubre y noviembre pasados, en comparación con los 5.129 que cruzaron durante los mismos dos meses del año pasado, de acuerdo con la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. El repunte ya obligó a la agencia a abrir dos refugios en Texas y uno en California.
Burwell dijo en su carta que "es imposible saber si continuarán estas tendencias".
Los cruces fronterizos no han alcanzado los niveles del verano del año pasado, cuando más de 10.000 niños llegaron a Estados Unidos solamente en junio.
Por ley, los niños migrantes no acompañados que proceden de países que no tienen frontera con Estados Unidos deben ser entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos dentro de las 72 horas de haber sido detenidos. El gobierno es responsable del cuidado de los niños hasta que se unan con un familiar o un patrocinador en Estados Unidos y los tribunales de inmigración pueden pronunciarse sobre sus casos.
Fuentee: AP
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